top of page

FOLLOW ME:

Una MIRADA DESDE EL PRIVILEGIO

Hoy, mientras mi papá me iba a dejar al trabajo, sentí como mi mente se abrió de par en par por una simple y sencilla conversación. Él le empezó a contar a mi enamorado, cómo nosotros siempre tuvimos todo, en ese instante bufé y dije, “eso no es posible, no sé qué realidad viviste, pero no fue así” pensando, claro, en todos los años donde vivimos en un cuartito en la casa de nuestros abuelos o cuando solo podía jugar con mi casa de muñecas en navidad, el resto del año pasaba guardada para que no se dañe, o cuando la única ropa que teníamos era de segunda mano, regalada por tías, o cuando no podían pagar la colegiatura y a veces nos impedían dar exámenes.





Todas esas cosas que me habían marcado fuerte y que creía que no era plenitud, se vieron empañadas, cuando él continuó. “Por ejemplo, cuando vine de mi ciudad, me tocaba estudiar y trabajar al mismo tiempo, mi familia no tenía recursos económicos y todo lo poco que ganaba lo invertía comprando un saco de comida y víveres a mi familia, hubo algunas ocasiones en que casi me roban todo en los buses, pero lo hacía por ellos”.


Y pensé en mis años de universidad, donde mis padres se sacrificaban por al menos llevarme en taxi a la parada del expreso de la universidad y en la noche, ir a recogerme para irnos en bus a casa, o cuando me pedían que aún no trabaje y me enfoque en mis estudios. Realidades diferentes y comparable o no, entender que el mundo de las interpretaciones y vivencias es tan propio de los ojos que lo miren, lo que para mí puede ser escasez para otros puede ser abundancia.


El gran peligro de estos puntos de ceguera, es que muchas veces tenemos una venda del “privilegio”, la cual nos lleva a juzgar con tanta facilidad a los otros y lo que pueden hacer con lo que tienen a la mano. Minimizamos el esfuerzo o victorias que posiblemente nunca necesitamos ganar, esta venda es de mucho cuidado, ya que así como yo, no lograba empatizar con mi padre y su mirada del mundo, bastó una frase para entender que gracias a su sacrificio, no tuve que repetir su historia, me dejó adelantada unos escalones más cercanos a la cima, desde mi mirada limitada, pude haberme sentido mal conmigo misma por no estar más arriba, pero apartando esas ideas de mi mente es que puedo tomarlo como herramienta y aliento, para que así cada día, con todo el amor y pasión del mundo, pueda seguir subiendo poco a poco y a mi ritmo.


Entiendo también, que si Dios quiere, dejaré adelantado el camino unos escalones más arriba para mis hijos, sin embargo, hay riesgos, riesgos que debemos saber enfrentar, ya que somos tan pero tan humanos, que nos aferramos o valoramos mucho más aquello que nos costó tanto tener y cuando se dió fácil, creemos que simplemente nos lo merecemos y así se desvanece todo lo construido como arena entre los dedos.


Trazar el camino del éxito, de nuestro éxito, ya que cada quién marca su meta definitiva, es un camino tumultoso, porque nos llenamos de vicios, por ejemplo, independientemente de si es mucho o no, el ser humano tiende por lo general a compararse, a vivir en el futuro con la esperanza de que cualquier preocupación monetaria o barreras para alcanzar nuestros sueños, desaparezcan. Lo peligroso es que esa meta, a medida que más escalones avanzamos, se siente como ir en contra del trayecto normal de una escalera eléctrica, nos esforzamos y subimos pero la meta se sigue alejando, lo que puede provocar que el disfrute nunca llegue y nos sumerjamos en el vacío existencial.


Es importante que sepas, que así, como en el mito de la caverna de Platón, basta con decidir quitarnos la venda de los ojos, dejar de ver a la pared que nos limita, destruir esos pensamientos paralizantes, transformándolos en palabras de empuje, para levantarnos fuertes sobre nuestros pies y voltearnos, caminar hacia la luz, al mundo infinito de posibilidades, que nos lleva a expandir nuestro pensamiento y creencias y así regalarnos la oportunidad de disfrutar de lo que tenemos, sin comparaciones, sin autosabotearnos, disfrutando de quiénes somos y claro, no dejar nuestras metas de lado, pero sí, siendo muy conscientes que cada uno irá a su propio ritmo.


Y aunque parezca complejo, cuando nos sintamos en la deriva, hagamos ese listado mental de todo lo lindo que tenemos y de lo que estamos agradecidos, por ejemplo, en mi caso, agradezco como nunca, que, aunque posiblemente me pudo faltar muchas cosas, pero amor, nunca, tuve una madre entregada al 100%, cuidadosa, amorosa, la mejor bendición que cualquier podría pedir.


Vivamos esta vida, paso a paso, disfrutemos siempre el trayecto, celebremos las más pequeñas victorias, permitámonos sentirnos orgullosos de lo que tenemos y recuerden que por más nublado que parezca el día, siempre habrá estrellas que sigan brillando por nosotros.

  • Facebook Clean Grey
  • Twitter Clean Grey
  • Instagram Clean Grey

RECENT POSTS: 

bottom of page