¿Cómo amar sin perderte en el intento?

Me río de mi misma mientras intento iniciar este artículo, porque justamente les vengo a hablar desde mi abismo. Si ya has leído antes de mí, sabrás que cuando amo, amo con toda la pasión del mundo, lo extraño es que han pasado ya algunos años sin tener inspiración romántica, creí que eso era madurar, ya no sentir todo a flor de piel, pero finalmente indentifiqué que esto tenía todo que ver conmigo y nada que ver con mi edad. He vivido en una burbuja estos últimos años, excéptica de las relaciones, alejada de todo lo que movía antes mi alma.

Definitivamente, algunos cierres duelen pero el último cierre que tuve casi me hace perder lo único que me quedaba, a mí misma. Olvidé cuánto amaba escribir, cuánto me apasionaba compartir mis pensamientos, a pesar que nadie me leyera, me gustaba tener una voz, pero poco a poco el miedo me invadió, estaba aterrorizada que no sea lo suficientemente buena y no me refiero solo al plano del talento sino de ese mundo inóspito que es el amor.

Hace un tiempo inicié una relación que ha avanzado a un ritmo paciente, tan paciente que a veces me ha dado por querer huir, un tipo de relación que me llevó a tener cable a tierra, dejar de pensar en mí misma para entender cómo mis acciones pueden afectar a otros y finalmente terminar autosaboteando todo lo que estaba consiguiendo. Es un tipo de relación que me hace autocuestionarme constantemente, no puedo empezar ni a explicarles todas las fases diferentes que he cruzado, desde el listado con el check list de todos los must que debe tener la pareja ideal, darte de bruces a tierra porque tu pareja no cumple ni con 3 de las 10 características, luego preguntarte si lo que pedías era realista, darte cuenta que ya has tenido personas así en tu vida y que no han terminado por encantarte, sin embargo este hombre aquí, con 3 atributos de la lista te hacía sucumbir, ¡¿Qué me estaba pasando?!

Luego empezar a leer, leer de la química del amor, de la etapa del enamoramiento, el quiebre y el amor consolidado. Había pasado cada etapa con él, cada una de manera viva e incontrolable. El quiebre fue brutal y tomó su tiempo, nos conocíamos, sabíamos quiénes éramos, nuestras cicatrices, nuestra cara obscura, nuestro pasado, nuestras infancias dolorosas y con cada nueva capita que descubríamos, sentía que era el acaboce y que en cualquier momento él díría ya no más, había dejado esa decisión en sus manos, pero sentí a esa pequeña niña que quería huir de la realidad de esta relación que estaba durando mucho más que lo que imaginaba, me sentía aterrada, ¿estaba lista para esto? ¿cómo era posible que no huya? Tal vez aún me lo pregunte y tal vez aún siga sin entenderlo pero la última etapa, esta última etapa, a la que llaman el amor consolidado, sería la más maravillosa y llena de demonios.

Sin darme cuenta, el amor se me empezó a salir de las manos, mis metas personales, mis tiempos, mi familia, todo entraba en pausa cuando estaba junto a él, mi mundo entero empezaba a girar en torno a esa persona y venía a mí esa gran frase que alguien me dijo una vez "no permitas que tu mundo entero gire alrededor de un hombre" y ahí estaba yo, haciendo caso omiso a ese consejo. Debo admitir que aún seguía sin entenderlo completamente y vale destacar que por más erróneo que parezca este trayecto, era la única persona que podía controlar esto que estaba pasando, era un proceso natural, había empezado a poner frenos a los chicos que se me acercaban, le daba el lugar que este hombre merecía, admiraba su crecimiento porque conocía que todo este proceso tampoco había sido sencillo para él y en un acto de compromiso mi mundo entero se volteó a corresponderle cómo debía hacerlo.

El cambio me costó, la soledad me embargó, mis amigas, con las que siempre salía se alejaron, como un acto natural cuando una tiene novio y las otras están aún en otra sintonía, me alejé también, deje de frecuentar lugares que antes disfrutaba y relegué gran parte de ese tiempo exhorbitante que antes le daba a mi familia, se empezó a sentir en todos mis entornos y entendí que llevé este cambio a un extremo y los extremos, sean cuales sean, no son para nada positivos.

Y aquí estoy, intentando aconsejar y aconsejarme, a decirles que vale respirar, vale entender que todo estará bien, vale la pena buscar ayuda, entrar a terapia, vale la pena porque cada pieza empieza a tener su lugar, aún cuando creemos que todo es un desastre y es aún más maravilloso cuando entendermos que hundirnos o no, solo depende de nosotros. En mi caso, este chico, jamás me ha llevado a un punto de no retorno, sola me he establecido esas reglas brutales de control y es momento de liberarme, de entender que si él es para mí, aunque no le dedique el tiempo que antes acostumbrábamos, entenderemos que además de pareja, somos individuos, buscando crecer y conquistar el mundo. Que el amor no debe ser una equivalencia a perder nuestra singularidad y valor, entender que nuestra vida está compuesta por varios círculos y relaciones que valen toda la pena del mundo mantener y darle el espacio justo, nuestra familia, nuestros sueños, nuestra profesión, nuestra salud, nuestros amigos. Entender esto y el espacio que cada uno de ellos tienen en nuestra vida es el primer gran paso para amar, sin perdernos en el intento.